Una puerta de portal casi siempre pesa, pero tanto para empujarla como para tirar de ella cuando sales de la finca. El empujador con pie entiendo que es una ayuda al llegar a casa con las manos ocupadas. Me explico; para salir solimos ir "vacíos" y con las manos disponibles, pero a la vuelta solemos llegar con las manos "llenas" de bolsas de la compra por ejemplo, y para colmo con las llaves puestas... Un pie para empujar es siempre una buena ayuda para entrar, pero no tanto por su peso sino porque nos suelen faltar "manos" a la vuelta.
Estoy muy de acuerdo que es algo que no se piensa como parte del diseño de la puerta sino como un complemento. De hecho los venden en el Leroy Merlín. 😅
¡Buen análisis del escenario, Jesús! Es verdad, ese caso es muy habitual y por si solo podría justificar el «empujador», sea o no un añadido :)
La escena que me viene siempre a la cabeza es una que he visto muchas veces, la de una persona mayor abriendo con esfuerzo puertas que parecen la de una cámara acorazada. Si además le añades bolsas de compra y la puerta en el borde de unos escalones de acceso, ya se convierte en una gymkana :/
La grandeza de este tipo de artículos (y de quien los escribe) es que le otorga tal importancia a un objeto que aparentemente no importa un carajo que, a partir de hoy, me veré en la obligación de agachar la cabeza y, quién sabe, hacer una foto para compartirla en este hilo.
Gracias por tus palabras, Beatriz, qué bonito es que nuestro entorno sea una fuente inagotable de curiosidades, para quien quiera pararse y observarlas de cerca.
¡Totalmente de acuerdo! Yo ya miro con otros ojos las puertas desde que leí allá por el 2016 el libro “La psicología de los objetos cotidianos” de Norman. Estoy convencida que ese libro fue la semilla principal que me ha ido moviendo hacia donde estoy 🙂
Los “empujadores” dan para unas cuantas reflexiones, aún no tengo mi diseño preferido, pero si que sé que en alguna ocasión lo he echado de menos 😅. Con las aceiteras es más fácil, un buen auto regalo que apreciar a diario.
Coincido, ese libro cambia por completo la percepción de todo lo que nos rodea, y cuando lo lees/relees en un entorno cada vez más tecnificado, el efecto es aun más tremendo.
Podría ser un buen ejercicio de diseño el plantear un buen empujador, ¿no? La aceitera ya está en un nivel de genialidad difícil de superar :D
Desde luego que puede ser un buen ejercicio 🙂. A ver si encuentro el momento de releerlo, porque si hace tantos años dejó tanta huella, seguro que ahora con algo de mejor criterio me sorprenden nuevas cosas.
Va a ser bonito ver lo que estaba subrayado por aquel entonces y en qué cosas nuevas me fijo.
¡Gracias a tí por las reflexiones, es un gustazo leerte! 👏🏻👌🏻
Me ha encantado el artículo.
Reflexionando...🤔
Una puerta de portal casi siempre pesa, pero tanto para empujarla como para tirar de ella cuando sales de la finca. El empujador con pie entiendo que es una ayuda al llegar a casa con las manos ocupadas. Me explico; para salir solimos ir "vacíos" y con las manos disponibles, pero a la vuelta solemos llegar con las manos "llenas" de bolsas de la compra por ejemplo, y para colmo con las llaves puestas... Un pie para empujar es siempre una buena ayuda para entrar, pero no tanto por su peso sino porque nos suelen faltar "manos" a la vuelta.
Estoy muy de acuerdo que es algo que no se piensa como parte del diseño de la puerta sino como un complemento. De hecho los venden en el Leroy Merlín. 😅
¡Buen análisis del escenario, Jesús! Es verdad, ese caso es muy habitual y por si solo podría justificar el «empujador», sea o no un añadido :)
La escena que me viene siempre a la cabeza es una que he visto muchas veces, la de una persona mayor abriendo con esfuerzo puertas que parecen la de una cámara acorazada. Si además le añades bolsas de compra y la puerta en el borde de unos escalones de acceso, ya se convierte en una gymkana :/
La grandeza de este tipo de artículos (y de quien los escribe) es que le otorga tal importancia a un objeto que aparentemente no importa un carajo que, a partir de hoy, me veré en la obligación de agachar la cabeza y, quién sabe, hacer una foto para compartirla en este hilo.
Gracias por tus palabras, Beatriz, qué bonito es que nuestro entorno sea una fuente inagotable de curiosidades, para quien quiera pararse y observarlas de cerca.
🔝👏
Muchas gracias, Cristina 🙂
♥️
🫶🏼
Me ha encantado!
¡Qué bien que lo hayas disfrutado, Pavel, gracias 🙂!
¡Totalmente de acuerdo! Yo ya miro con otros ojos las puertas desde que leí allá por el 2016 el libro “La psicología de los objetos cotidianos” de Norman. Estoy convencida que ese libro fue la semilla principal que me ha ido moviendo hacia donde estoy 🙂
Los “empujadores” dan para unas cuantas reflexiones, aún no tengo mi diseño preferido, pero si que sé que en alguna ocasión lo he echado de menos 😅. Con las aceiteras es más fácil, un buen auto regalo que apreciar a diario.
¡Me ha gustado mucho, gracias!
Buen fin de semana
Coincido, ese libro cambia por completo la percepción de todo lo que nos rodea, y cuando lo lees/relees en un entorno cada vez más tecnificado, el efecto es aun más tremendo.
Podría ser un buen ejercicio de diseño el plantear un buen empujador, ¿no? La aceitera ya está en un nivel de genialidad difícil de superar :D
Un abrazo grande, Ana, y gracias.
Desde luego que puede ser un buen ejercicio 🙂. A ver si encuentro el momento de releerlo, porque si hace tantos años dejó tanta huella, seguro que ahora con algo de mejor criterio me sorprenden nuevas cosas.
Va a ser bonito ver lo que estaba subrayado por aquel entonces y en qué cosas nuevas me fijo.
¡Gracias a tí por las reflexiones, es un gustazo leerte! 👏🏻👌🏻