Es interesante el modo en que percibimos el paso del tiempo; ha pasado poco más de un mes desde la última Superfluor pero se me hacen meses. Entre trabajos, formaciones y proyectos varios, decidí pararla temporalmente para centrar los esfuerzos pero, sobre todo, para no empañar con obligación algo que surge para el disfrute, como es esta gaceta. Tal vez es tu primera vez por aquí y no sabes en qué consiste: si es así, puede que quieras leer antes el propósito con el que nació. Esencialmente, es una exploración por los caminos de la curiosidad, y cada número es un recorrido distinto.
Me alegra que estés aquí, gracias por la espera y ojalá disfrutes con lo que encuentres. Si no hay imprevistos, Superfluor volverá a su ritmo habitual, cada dos sábados a esta hora.
§0.Una reflexión sobre la curiosidad, el asombro y la luz
Tenía ganas de volver porque en este tiempo he seguido encontrando material interesante y formándome ideas que moldear para poder contarlas aquí.
Justamente en estos días pensaba en las Wunderkammern, traducidas como Gabinetes de curiosidades o Cuartos de maravillas. Se pusieron de moda en torno al siglo XVI, y eran espacios dedicados a recopilar lo más extraño, lo más bello, lo más fantástico, lo más grande, lo más diminuto… de cualquier parte del mundo.
Momias, minerales extraños, figuras legendarias, amuletos mágicos, libros raros, objetos medicinales, anomalías patológicas… Prácticamente todo podía tener cabida en un Gabinete, mientras fuera algo asombroso. Tanto si estaba fabricado por el ser humano como si formaba parte de la naturaleza, o si eran estafas favorecidas por la credulidad y el desconocimiento.
Sin embargo, no era un mero coleccionismo de objetos raros: era una forma de entender el mundo, entonces tan inexplorado, a través de objetos peculiares e interesantes que componían un microcosmos. De hecho, estos espacios fueron los precursores de los museos tal como los conocemos.
Me gusta el modo en que define el escritor Michael Kimmelman la capacidad de asombro: es un estado a medio camino entre la ignorancia y el conocimiento. Me parece acertado por la estrecha relación que tiene la palabra «asombro» con la luz y la oscuridad, y es que etimológicamente remite a la idea de «sacar de la sombra», de exponer a la luz, por nuestra reacción natural ante algo desconocido pero interesante.
Al asombrarnos, iniciamos la travesía desde la oscuridad de la ignorancia a la luz del conocimiento, y no hace falta toparnos con cuernos de unicornio ni ungüentos mágicos. No necesitamos lo excepcional para estimular nuestra capacidad de asombro, es mucho más mundano, porque asombrarnos en lo cotidiano, más que capacidad, casi diría que es un privilegio.
Creo que cada persona, a su manera, tiene su propia Wunderkammern mental, aunque no sea consciente de ello. Todo lo que despierta nuestra curiosidad, todo lo que capta nuestra atención, todo lo que nos interesa, refleja de algún modo nuestra propia visión del mundo y lo que queremos encontrar en él. Sin un mínimo de curiosidad no hay atención, y sin prestar atención ya me dirás cómo podemos adquirir conocimiento sobre algo y acercarnos más a la luz.
Ser conscientes de nuestro Gabinete personal es una forma de (auto)conocerse mejor, por eso te lanzo una pregunta (que también tomo como propia):
¿Cómo es tu Wunderkammern y qué te gusta guardar en ella?
Y sobre todo, ¿cómo te gustaría abrir tu Cuarto de maravillas para compartir sus tesoros con el resto del mundo?
Puedes difundir este número y compartirlo con todas las personas curiosas que conozcas (con o sin Wunderkammern).
➼ Almanaque de diseño
La palabra «almanaque» procede del árabe al-manākh, «el clima», y precisamente en su origen era un catálogo con datos esenciales sobre las estaciones, la temperatura, sobre astronomía... Con el tiempo, los almanaques fueron evolucionando con la idea de ofrecer otros tipos de información peculiar, útil y variada. Con este espíritu coge el nombre una de mis referencias de diseño favoritas: el Readymag Design Almanac, un pequeño manual (complicado de encontrar en su web) que en varios capítulos cubre, de forma concisa pero exhaustiva, fundamentos básicos del diseño: tipografía, rejilla, color y animación.
➼ Literatura asombrosa
Black Letter Press es el equivalente a explorar la sección de literatura de un Cuarto de maravillas. Es una pequeña editorial alemana que devuelve a la vida (y saca a la luz) libros antiguos, extraños o difíciles de encontrar sobre ciencia, arte filosofía, folclore, poesía, ocultismo... Para Alice y Claudio, la edición de cada libro debe hacer justicia a su valor. Por eso, cada decisión, desde la tipografía, al formato y la encuadernación, debe estar destinada a realzar la personalidad del libro y estar a su altura. De hecho, he encargado una edición del Hypnerotomachia Poliphili, que algunos consideran «el libro más hermoso y más enigmático del mundo» (apostaría a que
conoce bien este terreno).Dime que no te pica la curiosidad.
➼ El Gabinete de Guillermo del Toro
En estos días estoy disfrutando mucho «El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro», una serie de ocho capítulos independientes que cuentan una historia de terror. Cada una tiene una ambientación propia, un «estilo de terror» particular y están dirigidas por distintas personas, aunque todas están vinculadas de algún modo por el criterio y el gusto de Guillermo del Toro al seleccionarlas. Por cierto, la entradilla de esta serie es tremenda.
➼ Lorem, o la curiosidad de Iago
Escuchando Newsletters se ha convertido merecidamente en un podcast de referencia en torno a la creación de newsletters-cartas-gacetas-boletines. Por él hemos pasado muchas de las personas que mantenemos nuestro pequeño (o gran) espacio personal de reflexión (como Máximo, Jaime, Elena, Carmen o Sergio) para tener un buen rato de charla con Chus Naharro. Tenía ganas de escuchar a Iago Berro hablando de su gaceta, que es una de mis favoritas: Lorem. Es como su Wunderkammer personal que siento muy afín y esconde joyas bien seleccionadas.
➼ Diseñar lo imposible
Imaginar y diseñar edificios que nunca serán construidos. A eso dedicó su vida Étienne-Louis Boullée, un arquitecto francés del XVIII. Construcciones enormes (más bien, gigantescas), majestuosas, tan imponentes y asombrosas que, con toda su frialdad y pureza geométrica, impresionan desde la bidimensionalidad de sus viejos planos (probablemente hayas visto su increíble Cenotafio para Newton). Su imaginación anticipó el futurismo y sus utópicos proyectos arquitectónicos siguen sirviendo de inspiración siglos después. Te traigo un reportaje en Kings and Things (un canal espectacular) que analiza a fondo su trabajo.
➼ Lux in Tenebris
Pero, ¿y si esa arquitectura imposible de Boullée se hiciera realidad? ¿Cómo nos haría sentir? No podía traerte su obra sin compartirte también este trabajo que proyecta sus dibujos en una realidad digital imaginada en entornos naturales que contienen un aire de irrealidad. Te podrás hacer una idea de cómo podrían haber sido. O, quién sabe, de cómo serán algún día.
Y quería cerrar con esta foto (incompleta) porque es una de las cosas que ha ocupado buena parte de mi mente y energía de los últimos meses. Es del último día del programa de Diseño Verbal en Tramontana. He aprendido, he enseñado y, sobre todo, he disfrutado en buena compañía de un viaje de exploración alrededor del lenguaje y las palabras. Y, como se puede ver, también hemos bebido vino.
Me alegra que hayas llegado hasta aquí, espero que tengas combustible para tu curiosidad. Puedes darle al ❤️, comentar, leer números pasados, difundir a los cuatro vientos... lo que te apetezca, vaya.
Estoy disponible en hola@ivanledu.com y en Twitter (ahí suelo compartir más cosas, por si te interesa). Que pases muy buen día y nos vemos en la siguiente Superfluor.
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Coincido totalmente con todo lo que dices. De hecho lancé mi newsletter y mi blog para abrir la puerta a mi “cuarto de las maravillas” mental 💜
Escucha -si no lo has hecho ya- alguno de los episodios del podcast de Gabinete de curiosidades, ¡magnífico! 😉