¿Cómo estás? Soy Iván Leal y te doy la bienvenida a Superfluor, una gaceta donde interconectar ideas y recursos de los que extraer inspiración. Puedes conocer en detalle su propósito y/o suscribirte (si no lo has hecho ya).
§0. Una reflexión sobre la curiosidad
Hace poco, una persona —pongamos de nombre clave «Elisa»— me escribió un correo cuyo asunto era «Baja del mailing». Avispado como soy sospeché que, por algún motivo, la gaceta de Superfluor no cumplía sus expectativas. Como tenía curiosidad, pregunté. Ella respondió:
—No es que el contenido del mailing no me resulte para nada interesante, al contrario, es muy interesante si tienes tiempo para aprovecharlo y digerirlo. Me atrevo a decir que casi todo el mundo recibimos tal cantidad de información a diario que cuesta distinguir la que nos interesa de la que no.
A partir de aquí, intercambiamos varios correos con ideas interesantes sobre gacetas, propósitos, órdenes, redacción, publicidad, estilos, estructuras y varios temas más. Hasta que Elisa cierra un correo con una frase que no me esperaba:
—¿Sabes una cosa? Te voy a pedir que no me des de baja, porque me gustaría ver cómo será tu siguiente gazzetta. No me quiero quedar con la curiosidad.
Me encantó el detalle que tuvo de escribir gazzetta, a la italiana. En los días siguientes, a partir de esa conversación, me acordé de Umberto Eco y de sus Apostillas a El nombre de la rosa, un librito donde cuenta detalles de cómo ideó y escribió su novela. En concreto, recordé este fragmento:
Había otro motivo para insertar los extensos pasajes didácticos. Después de haber leído el manuscrito, los amigos de la editorial me sugirieron que acortase las primeras cien páginas, porque les parecía que exigían demasiado esfuerzo y se leían con dificultad. No vacilé en negarme, porque, sostuve, si alguien quería entrar en la abadía y vivir en ella siete días, tenía que aceptar su ritmo. Si no lo lograba, nunca lograría leer todo el libro.
¿Aceptar el ritmo o encontrarlo?
Elisa tiene toda la razón: con la de información que recibimos a diario, nuestra paciencia y nuestra atención debe estar en mínimos históricos. Con lo difícil que resulta filtrar, no sabría decir si nos interesan muchas cosas o no nos interesa casi ninguna. Hemos ido adquiriendo un ritmo cada vez más intenso, y me pregunto: ¿cuánto de ese ritmo hemos elegido y cuánto nos ha sido impuesto y lo hemos asimilado sin más?
Siguiendo la metáfora, no tenemos tiempo de entrar en la abadía, así que le hacemos una foto al pórtico y a otra cosa.
Para Umberto, la introducción de El nombre de la rosa es una forma de rito de iniciación a su novela. Su abadía, sus reglas. Sin embargo, creo que, a diferencia de una novela, cada persona va construyendo día a día su propia «abadía» vital, con los materiales que quiere o encuentra. Algunas personas construyen con lo que tienen a mano, otras van en busca de materiales especiales. Algunos materiales son adecuados para crear andamios, otros para construir pilares.
Está en las manos de cada persona encontrar su ritmo de construcción y los materiales con los que quiere edificar su propia abadía, única en el mundo.
Esta gaceta es parte de mi abadía en construcción y tiene su propio ritmo, pero se sostiene en un frágil equilibrio entre lo que quiero contar y lo que me imagino que le interesará a quien lea. Y tiene que haber algo de tensión en esa estructura para que los arcos no se desmoronen: si yo escribiera pensando sólo en lo que creo que buscas, tú solo leerías aquello que esperas. Con el tiempo seríamos dos personas algo insatisfechas: yo, por no escribir con libertad y tú, por no poder sorprenderte al ser todo exactamente a lo esperado. Ya me dirás qué gracia tiene eso.
Puede que aquí, como en otros lugares, encuentres material interesante para tu abadía, o puede que no (yo espero que sí). Aunque, como dice Umberto, «un texto quiere ser una experiencia de transformación para su lector», ni el texto ni la persona que lo escribe pueden decidir cómo será esa experiencia, si llegará a ocurrir, o cuándo sucederá.
Lo que nos queda es mantener intacta la curiosidad.
Elisa, si estás leyendo esto, te doy las gracias por nuestra conversación y por tus ideas. No sé si este número satisfará tu curiosidad o si tu próxima decisión será ir al enlace de baja. Decidas lo que decidas, estará bien. Cada cual tiene su ritmo.
Si conoces a alguien que esté construyendo su propia abadía, puedes pasarle este número de Superfluor. También puedes, simplemente, difundirlo para que llegue lejos.
§1. Cuatro referencias que pueden interesarte
➼ La abadía del crimen
Así se llamó la legendaria adaptación de El nombre de la rosa a videojuego. Eran los años 80 y unos chavales, Paco Menéndez y Juan Delcán, encerrados en una habitación, hicieron uno de los mejores videojuegos de producción española. Fue un trabajo de artesanía e ingenio, que suplían las limitaciones tecnológicas. Algunas de sus soluciones narrativas, de interacción y de interfaz fueron referencia para la industria del videojuego durante años. Recuerdo jugarlo en Spectrum, en casa, y recuerdo bien su inquietante carátula.
➼ La fábrica Lingotto de Fiat
De vez en cuando me da por escribir hilos sobre diseño, narrativa y marca, principalmente, pero hace poco viré hacia la arquitectura porque quería indagar sobre la construcción de un ingenioso edificio que fue fábrica de coches y circuito de carreras, todo en uno. No te desvelo más porque la historia es bastante curiosa.
➼ Slate
Para aprovechar bien los materiales necesitas un buen lugar donde recopilarlos y, de todas las herramientas que he probado, Slate es la que mejor me funciona hasta la fecha. Es una plataforma open source para recoger y organizar todo tipo de archivos. Está diseñada para, si se necesita, facilitar la colaboración y el intercambio de información entre múltiples personas, como si fuera una red de conocimiento. Como curiosidad, su manual de identidad es inspirador y está muy bien enfocado.
➼ Escribir mejor, comunicar mejor
Estamos constantemente comunicando, la cuestión es que nos resulta tan natural que pocas veces nos paramos a pensar en qué impacto tiene nuestra forma de comunicación y cómo podemos mejorarla. Catalina Silvart tiene un artículo imperdible en Elastic Heads sobre cómo, prestando atención a determinados detalles, podemos ser más eficientes y prácticos. Está orientado a correos electrónicos pero te lo puedes llevar a otros terrenos y es igualmente útil.
§2. Un ensayo sobre la productividad
➼ How to be more productive
Este vídeo parece que trata de carpintería, pero en realidad va de la vida misma y contiene una enorme sabiduría. Mientras la pequeña construcción va tomando forma, su protagonista, con voz en off y ritmo pausado, va desgranando ideas sobre cómo cada cual, para extraer lo mejor de sí mismo, elige trabajar de forma más inteligente o trabajar más duro, y cómo esos caminos pueden conducirnos hacia la satisfacción del trabajo bien hecho. De cuando en cuando lo vuelvo a ver porque me ayuda a reconsiderar ciertas ideas. A ver qué te dice a ti.
§3. Una imagen sobre el ritmo
➼ Toshihiko Shimizu. Six Meditations. 1969.
Fue escrita con una máquina de escribir empleando caracteres japoneses. La lámina está compuesta de repetición y también de cambio. De la tensión entre ambos factores nace el ritmo, el patrón distinguible, donde cada caracter es, al mismo tiempo, esencial e irrelevante.
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IMAGEN DE PORTADA: Fotograma de la película El nombre de la rosa (1986) • IMDB.
Yo creo que soy de los pocos que, si me interesa, me seduce o me epata, aún leo un artículo de cabo a rabo
Me ha encantado tu introducción a esta edición de la gazeta y el descubrimiento del vídeo que compartes sobre productividad es toda una reflexión que
« How to work smarter and smarter working harder and harder » pero no el viaje sea más duro sino más satisfactorio