⁂ Superfluor 43. Si solo es una letra...
50.000 People Used to Live Here. Now It's a Ghost Town.
Gracias por estar aquí. Por si es tu primera vez, me presento: soy Iván Leal y te doy la bienvenida a Superfluor. puede que antes quieras leer el propósito con el que nació esta gaceta. Esencialmente, es una exploración por los caminos de la curiosidad, y cada número es un recorrido distinto.
§0. Una reflexión.
Hay eventos históricos que por su magnitud se instalan en la conciencia colectiva y se convierten en hitos inamovibles en el tiempo. Más allá de lo que suponen como hechos, su relevancia se puede medir por el estímulo imaginativo y creativo que desencadenan a su alrededor.
Es difícil predecir qué tipo de evento adquirirá ese estatus de referencia, pero si hay un escenario que dispara la imaginación (y el temor) del ser humano es, sin duda, un desastre nuclear.
En 1971, los hermanos soviéticos Arkadi y Boris Strugatsky escribieron una novela de ciencia ficción que en inglés se acabó traduciendo como Roadside Picnic (y de forma imprecisa en castellano como Picnic extraterrestre). Inicialmente prohibida en la Unión Soviética, esta novela trasciende las fronteras soviéticas y sitúa a los dos hermanos como referentes de la ciencia ficción, inspirando obras como Stalker, la mítica película de Andrei Tarkovski de 1979. Es tal el fenómeno que el término Stalker se convierte en un neologismo muy popular.
Siete años después del lanzamiento de la película, se produce el accidente nuclear de Chernobyl, y resultan sorprendentes las similitudes y conexiones existentes entre el libro de los Strugatski, la película de Tarkovski y el accidente de Chernobyl, como el desalojo de la población de los alrededores de la central nuclear (conocida oficialmente como «Zona de alienación»), que recuerda a la postapocalíptica Zona de la película.
En 2007, el estudio ucraniano GSC Game World lanzó un videojuego de supervivencia que denominaron precisamente S.T.A.L.K.E.R, y que supone una síntesis magistral de los tres elementos anteriores. La estética, la atmósfera y la trama son sublimes, con una mecánica de juego cruda y realista. Con dos entregas posteriores más, S.T.A.L.K.E.R. se convierte en una saga de culto con una comunidad de fieles seguidores que continúa jugando y expandiendo en nuevas direcciones el juego original.
Por eso, cuando hace unos años GSC anuncia que están desarrollando S.T.A.L.K.E.R. 2, este se convierte en uno de los videojuegos más esperados. Sin embargo, la fecha se va retrasando, en gran medida por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, y es que resulta muy difícil programar mientras tienes que ir a la guerra por defender tu país. Es cruelmente irónico que sus propias vidas empezaran a tener similitudes con el juego que estaban desarrollando. A pesar de todo, el proyecto sigue adelante y anuncian los primeros avances, entre otros el nombre definitivo de la nueva entrega, que es lo que llama mi atención y lo que da inicio a este escrito.
S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl.
No, Chornobyl no está mal escrito. En ucraniano es con «o» (Чорнобиль). Los desarrolladores ucranianos han decidido usar el nombre geográfico original de su propio idioma y no la denominación rusa, Chernobyl (Черно́быль).
Entonces, ¿por qué lo conocemos como Chernobyl, con «e»?
En 1986, cuando ocurrió el accidente en la central nuclear, Ucrania estaba bajo la esfera soviética y, en aquel momento el idioma ruso era segunda lengua oficial en Ucrania, aunque la principal de facto, de ahí la denominación. Cinco años más tarde, con la caída de la Unión Soviética en 1991, Ucrania consigue su independencia y el ucraniano se convierte en la única lengua oficial, pero el término ruso persiste.
En la UNCSGN (United Nations Conference on the Standardization of Geographical Names), se establece como norma (y derecho) internacional que la denominación de nombres geográficos de un país y su transliteración a otros idiomas debe basarse en la lengua oficial de dicho país.
Aun así, unos 30 años después parece predominar la denominación rusa. Si haces una búsqueda sobre Chornobyl, el buscador te dirá «Quizás quisiste decir Chernobyl». No es fácil cambiar un término tan arraigado en el imaginario colectivo, y aun menos cuando la mayoría desconoce su origen.
«Pero qué más da, si es solo una letra».
Precisamente. Es solo una letra, y no hay nada más fascinante que ver contenidas en un único y humilde caracter unas implicaciones tan profundas como la identidad de un país. El enfrentamiento sostenido entre la «e» y «o» condensa más historia, significado y emociones que muchos libros. El lenguaje es identificación, es reconocimiento. Lo que no se pronuncia no existe, y acaba por disolverse en el olvido.
Habrá quien no lo vea, pero cuando dejamos de ser conscientes del poder de las palabras, cuando las infravaloramos, nos hacemos más vulnerables a sus efectos y más frágiles ante quienes las emplean intencionadamente.
La historia, la religión, la política, se basan en la palabra y en ella reside su poder, aunque también su debilidad. Hay infinidad de ejemplos. Me viene en mente el nombre que el gobierno de los Estados Unidos empleó en la Guerra de Afganistán, del 2001 a 2014: Libertad Duradera (Enduring Freedom). Lo interesante es que ese no fue su nombre original, fue Justicia Infinita (Infinite Justice, también muy épico). Sin embargo, este término fue una metedura de pata cultural ya que supuso una ofensa para los musulmanes afganos y tuvo que descartarse, por un motivo muy sencillo: a sus ojos, la justicia solo puede ser aplicada por Dios. Por si fuera poco, el hecho de que George Bush, en una declaración de prensa, se refiriera a la operación militar como «una cruzada» (en Afganistán, recordemos), sin tener en cuenta todas las connotaciones históricas del término, tampoco ayudó a mejorar las relaciones.
Un término lo puede cambiar todo, y que este equipo ucraniano defienda su patria a través de la defensa de su lenguaje me parece significativo, por eso te he querido traer esta pequeña anécdota.
Cada letra cuenta.
Para tirar del hilo
Este artículo cuenta la historia de la compañía GSC y cómo el equipo ha vivido su trabajo y el desarrollo del videojuego en plena guerra. Duro.
Stalker, de Andréi Tarkovski, está considerada una de las 50 mejores películas de la historia.
Si tienes curiosidad por leer Roadside Picnic, de los hermanos Strugatski, te recomiendo indagar antes en las distintas traducciones que hay, no se considera un libro fácil de traducir con fidelidad.
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§1. Un goce visual.
La película Sayat Nova (El color de las granadas), del armenio Sergei Paradjanov, viene al hilo porque también fue censurada por la Unión Soviética. La estética y el surrealismo que la envuelve hacen de ella una película especial (y sí, difícil de entender, pero es preciosa y por eso la he traído).
Por cierto, no te pierdas los créditos del inicio, creo que el alfabeto armenio tiene una de las grafías más hermosas y elegantes que existen.
§2. Cuatro referencias, cuatro.
(Por si acaso no resulta evidente, los títulos precedidos de ➼ son enlaces).
➼ Objetos que cuentan historias
La Biblioteca Nacional de España ha llevado a cabo un proyecto de narrativa y diseño para redefinir los objetos que forman parte de su merchandising, con la idea de acercarlo más a su propósito y función como institución pública. Ojalá surjan más proyectos así porque da gusto ver trabajos tan cuidados, se nota el cariño y buen hacer de Gabriela, Silvia y Jacobo (os envío un abrazo por si estáis leyendo esto). Y ya que menciono a Silvia, es buen momento para compartirte su madrileña Ferpal Sans.
➼ Ensayo sobre los ensayos
Es una de las lecturas más interesantes que ha caído en mis manos últimamente. Hace un análisis sobre la evolución (¿degradación?) de los ensayos a través del tiempo y cómo las publicaciones personales digitales han influido en el modo y la confianza con la que exponemos nuestras ideas. Many young writers seek out sources external to themselves — art, film, theory — to make sense of the world. They drink the tap water of the zeitgeist to get a sense of how to respond. Perhaps this is the inability to commit to an argument, opting instead to read between the lines of other people’s arguments. Can I read through an essay without a laundry list of citations?
➼ Siam Costumes
No me preguntes cómo llegué hasta una sastrería familiar en Bangkok, la cuestión es que su página esconde, por así decirlo, una trastienda digital con un archivo enorme de libros y revistas digitalizados, de toda clase y épocas, relacionadas directa o indirectamente con el mundo de la sastrería. Si quieres descargar unos cuantos, escríbeme y te digo cómo hacerlo fácil.
➼ UbuWeb
UbuWeb es un archivo excepcional dedicado al arte y al diseño contemporáneo que durante casi 30 años ha sido recopilado y organizado y ahora pasará a estar inactivo. Aunque el contenido seguirá estando disponible, no se sabe durante cuánto tiempo. Apena pensar que tanto conocimiento pueda desaparecer con solo pulsar un botón (vía
).§3. Un apunte.
El número anterior trataba sobre el acto de escribir, la motivación y la inspiración (o la falta de), David Carrasco compartía las conclusiones de un estudio internacional sobre la atención y concentración que abarcó varias décadas. No es que hayamos perdido la capacidad de concentración, es que con tantos estímulos hemos perdido la motivación por centrarnos en uno de forma sostenida (y no sé qué es peor).
We haven’t lost the capacity to pay attention.
179 studies, 32 countries: on tests of concentration from 1990 to 2021, children didn’t decline—and adults actually improved.
When we want to focus, we can. Our distraction issues are a matter of motivation, not ability.
§4. Y una persona a quien seguir de cerca.
➼ Los escritos fotográficos de Paula Rosell
Paula se denomina fotógrafa artística pero no di con ella por la imagen, sino por la palabra. Fue por casualidad, a través de su publicación Una vita lenta (lo cual no es tan casual para mí que fuera justamente por esos términos), y a partir de ahí me engancharon sus ensayos y su Acta Diurna (que en la Antigua Roma venía a ser como un diario personal). Es magistral la manera en que teje un hilo continuo y persistente entre sus escritos y sus fotografías, entre lo que ven sus ojos y lo que ve su cámara. Lo hace con soltura, sin esfuerzo aparente, como si retratar los detalles de lo cotidiano y convertirlos en nítidas diapositivas mentales para el espectador fuera lo más fácil del mundo. Hay que leer a Paula, de verdad.
Y creo que ya está bien por ahora, espero que algo te inspire o estimule tu curiosidad. Si quieres decir algo puedes dejar un comentario, y si es en privado puedes escribirme aquí o a hola@ivanledu.com.
Puedes comentar, difundir o dar al 🖤, que eso siempre alegra. También puedes leer números pasados si este se te ha hecho corto. Gracias por estar al otro lado.
La verdad que si lo piensas lo de las palabras es un poco como todo lo de la IA, espeluznante en el tremendo poder que tienen y lo malo que puede llegar a ser que ese poder esté en manos "incorrectas" (entendiéndose como incorrectas, algo así como perversas o malintencionadas)
Sobre el punto 3, un apunte adicional que leí una vez que me ayudó a hacer un poco las paces con mi capacidad de atención: no es tanto que cada vez tengamos menos capacidad para prestar atención, sino que cada vez tenemos más y más estímulos en nuestro día a día. El artículo decía "We are constantly curating our life" y me parece una visión bastante certera.
Súper interesantes estos caramelos como siempre, gracias!!! :)
Gracias por descubrirme a Paula Rosell, por recordarme que Stalker de Tarkovski es una maravilla que quiere volver a ver y por abrirme el apetito con el videojuego.
Siempre reconforta leer tus recomendaciones y reflexiones.